Ya lo sé: las listas de “lo mejor del año” salieron en enero. Es más ¡desde diciembre!... Ya lo he dicho aquí: me parece pretencioso hacer una lista de lo mejor del año; querer redondear (forzar) 5 o 10 discos. Pero es cierto: todos tenemos nuestros favoritos y nos gusta compartirlos. So… acá están los míos. ¿Por qué ahora? Respondo con otra pregunta: ¿Cómo diablos lanzan en diciembre listas del año aún en curso? Abogo por dar tiempo al asunto y escuchar a distancia, para leer mejor al año.
No enlisto LO mejor de 2011; comparto algunos discos que robaron mi atención y sonaron docenas de veces en mis audífonos. Si le gusta, compártale!
King Creosote & Jon Hopkins – Diamond Mine
Jon Hopkins, pianista inglés arquitecto de
atmósferas musicales heredadas en gran medida del ambient de Brian Eno
(con quien ha colaborado en diversos proyectos), se suma a la diáfana
voz y guitarras del escocés King Creosote, para crear un LP que hace
honor a su nombre: Diamond Mine. El proyecto de
colaboración entre un guitarrista folk y un músico electrónico se antoja
sospechoso, se escucha con reservas, pero al final embelesa: es una
verdadera mina de diamantes. Probablemente el disco que más escuché en
2011. Suavidad ingrávida matizada de folk –tanto musical como vocal– que
viaja por una atmósfera brumosa. Especial atención a “Bubble”, “Bats in the attic” y el excelso cierre del disco: “Your young voice”.
Wooden Shjips – West
Desde San Francisco, donde la inteligencia musical
ha superado tantas veces al resto del estado de California, los Wooden
Shjips se avientan un DISCAZO. Tardé horas en decidir
cuál rola postear: el disco es una pieza maestra. Distor y reverb
sabiamente producidos, dominados, amaestrados, no para hacer simple
ruido espanta-chicas. Intenso, bien ejecutado, bien cantado, bien
grabado, para sencillamente ser bien escuchado.
Thurston Moore - Demolished Thoughts
Sí, cómo de que no, estás escuchando al Thurston Moore que piensas, el mismo detrás de las letras, guitarra y voz de Sonic Youth. Aunque no es su primer álbum solista, sí es el más des-sonicyouthizado.
Así que… pensándolo bien, no, no es “el de Sonic Youth”, este Thurston
Moore de 53 años ve el mundo diferente y compone diferente; es otro. Eso
y la producción de Beck (evidente a kilómetros)
resuelven un álbum sorprendentemente acústico, armónico, revestido de harpas y violines (a
cargo de Mary Lattimore y Samara Lubelski). Un disco elegante que al final no
habla de un Moore envejecido y suavizado, sino de un artista recreado,
tan activo como el otro Thurston Moore.
Milagres – Glowing Mouth
The War on Drugs – Slave Ambient
Algo que adoré con el fenómeno MGMT
fue el regreso de la psicodela a la música popular (lo cual no
significa que no se hiciera psicodela en otros ámbitos). Muy en la onda
de Yeasayer, el segundo disco de los War on Drugs es una agradable sorpresa. Poco puedo
decir de ellos, recién los descubrí y, confieso, no conozco su primer
disco. Ya me daré el tiempo para hacerlo pero desde que escuché Baby Missile me quedó claro que había que
escuchar el disco entero. No me arrepentí. Hágalo usted mismo.
The Kills – Blood Pressures
El post punk de los Kills tiene menos que ver con
los White Stripes (comparación común) que con los orígenes anarco-punk
de Jamie Hince y Alison Mosshart en sus bandas previas. La comparación
es, por mucho, reduccionista, probablemente originada por la
colaboración de Jack White y Mosshart en The Dead Weather.
Como sea, The Kills demuestra con Blood Pressures que valen por sí
mismos y que han trabajado largo y duro todos estos años para madurar su
sonido, tan sencillo como propio; vale la pena. Aunque para mí el No
Wow sigue siendo su mejor disco, esta rola (Future Starts Slow) se pegó a mi cerebro por meses; aún no se despega, pero al menos ya no la pongo ocho veces al día. Aguas: el tempo del riff de lira y la batería hipnotizan.
The Horrors – Skying
Lo más interesante de la música de los Horrors es
la reinvención. Cada disco es completamente distinto al anterior. Lo sé,
acabo de escribir un super-cliché de las recomendaciones de revista
musical, pero no no no, neta es en serio: se trata de trabajos
diametralmente distintos. El mejor, sin duda, este último: Skying. Hay que escucharlo completo, al menos tres veces, para descubrir finos detalles, de a poco. El sencillo Still life con audífonos, porfa, para escuchar las lejanías de la rola. Enjoy.
Ladytron – Gravity the Seducer
Cuando una banda lleva años trabajando y girando
por todo el mundo, llega el punto en que su música se ve obligada a desempolvarse y elegir
entre dos caminos: 1) el confort de repetirse a sí misma, con lo que los fans ya han
validado o 2) sofisticarse. Con Gravity the Seducer Ladytron opta por la segunda. Así se resume el disco: Ladytron de nuevo, pero refinado. Delicia. A por él.
The Black Keys – El Camino
Este par de gringos vuela la cabeza muy cabrón. Dos
años consecutivos editando discazos de rock; así de simple. Si a
principios de la década pasada The Strokes encabezó el supuesto revival, The
Black Keys les arrebata la batuta la segunda década del siglo. Rock,
blues y viceversa. Verlos en vivo es imprescindible.
Ahí está, pues. Les recomiendo señores: Consíganlos, bájenlos, disfrútenlos y sobre todo, compártanlos, que para eso se hace música. Comentarios: muuuuuy bienvenidos, acá abajo.
Black fuckin' Keys. ¿Escuchaste el Blakroc?
ResponderEliminarSí, ta bueno ese proyecto también! Los Black rockean muy cabrón. Cómo viste a los
EliminarWooden Shjips? Ya los topabas? baja el disco, está superior.